Terra Ignota
Terra Ignota no es un simple álbum, sino un mapa sin fronteras, un recorrido por los laberintos de la vida, donde cada canción es un destello de la existencia humana. En cada acorde, en cada silencio, se escribe una etapa, un sentimiento, un espacio. Desde la pureza y el asombro de la infancia hasta la incertidumbre del futuro, desde los juegos inocentes hasta las inquietudes de la madurez. Todo se despliega como un paisaje sonoro, un reflejo de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que aún podemos ser.
El viaje comienza en La Madriguera, un refugio luminoso donde la inocencia se desliza como un juego. De ahí, nos lleva a En la Torre, una relectura de los cuentos de hadas donde los muros no solo protegen, también encierran. Lobo marca el despertar de la adolescencia, con toda su pasión, desafío y fuerza, mientras El Oráculo nos enfrenta al vértigo de un futuro incierto, donde lo humano y lo robótico se entrelazan. Walpurgisnacht es un canto de agradecimiento, una celebración de las mujeres que nos precedieron, de sus luchas y su magia. Pero no todo es luz, La Bahía de la Soledad Extendida nos sumerge en el abismo del amor perdido, en el vacío que deja la ausencia. Luego llega Mediterráneo, un himno a los veranos, a la libertad y a las culturas que nos conectan bajo un mismo sol. Finalmente, Hic Sunt Dracones nos lleva al borde del mapa, a los territorios desconocidos donde, tras huir de todo, descubrimos lo que más echamos de menos: tener un hogar.
A este viaje sonoro y emocional se une la mirada de Jorge Rojo, quien, con su magia digital, ha creado los vídeos para cada canción. Éstos no son meros acompañamientos visuales, sino paisajes autónomos, nacidos de algoritmos y sueños, que interactúan con la música y la historia, añadiendo una dimensión más a la experiencia. La inteligencia artificial, como un espejo distorsionado, responde a cada acorde con imágenes que parecen haber existido siempre pero que solo ahora se revelan, como los secretos guardados en los pliegues del tiempo. Por su parte, Eduardo Manchado, desde la Universidad de Zaragoza, se une a este proyecto para aportar su visión en el diseño y coordinación de la experiencia sensorial que acompaña el viaje sonoro.
Así, Terra Ignota se convierte en un viaje que no solo se escucha y se ve, sino que se vive, se interpreta y se redescubre a cada paso, como si fuera un sueño que se desdobla en capas, donde cada capa contiene un nuevo mapa por explorar.

¿Te atreves a cruzar el portal?
La Madriguera. Entre el musgo y las hojas está escondida la madriguera. Te asomas, y un piano desafinado susurra entre las piedras. Te adentras y empiezan a desatarse los hilos del tiempo.
En la Torre. Una mujer aguarda encerrada en lo alto de la torre. La bestia espera tras la puerta, agazapada entre un laberinto de coros, galerías y corredores.
Lobo. “No te olvides de la capa para ir al bosque” decía mi madre. Los sonidos del bosque llaman con la promesa de lo prohibido. El lobo ya está cerca, pero hoy, no es él quien acecha.
El Oráculo. Gongs, incienso y un susurro que pregunta: ¿Cuál es el algoritmo que despierta al amor? La sacerdotisa lee el futuro en los patrones que emite tu pulso.
Walpurgisnacht. Me invitaron a una celebración en un país lejano. Solo mujeres reunidas en torno a un fuego. Sus rostros se iluminaban por las llamas. Me ofrecieron hidromiel y empezaron a cantar.
La Bahía de la Soledad Extendida. “No me dejes o nunca te perdonaré”. Entonces me capturaron. Sueño que otra vez la arena y el agua se mezclan con el brillo de las lentejuelas que una vez adornaron mi cola.
Mediterráneo. Navegar entre el sol y la sal, entre las olas y el viento, entre nuestro deseo de travesías y libertad. Navegar en busca del verano eterno.
Hic Sunt Dracones. En los confines del mundo, busco dragones para calentarme las manos con su aliento. En medio del desierto blanco, el sonido del piano flota en el silencio.
Sobre mi
La música, como todo lenguaje, es un territorio vasto, un espacio donde lo conocido se disuelve y da paso a lo desconocido. Mi formación en la música clásica fue el primer mapa de este territorio: un estudio riguroso, una disciplina que revela las complejidades ocultas tras cada acorde y cada ritmo. Pero pronto descubrí que ese orden no me bastaba. La curiosidad me llevó a otros dominios donde las reglas se transforman, donde los instrumentos tradicionales dialogan con las máquinas, donde la electrónica y el folk se entrelazan en una conversación silenciosa.
Y así empecé a transitar por diversos territorios musicales, desde la delicadeza melódica de Días de Vino y Rosas, a la frontera creativa de El Galgo Rebelde, y la feroz energía de Beefhead. Paralelamente, mi experiencia como compositora me permitió explorar cómo el sonido puede construir realidades, transmitir emociones y, de algún modo, capturar lo efímero.
Cada paso, cada proyecto, es una pequeña clave en un mapa sin fin, donde el tiempo y la tradición se encuentran. La música, al igual que el lenguaje, es siempre una búsqueda. Y es en esa búsqueda, incesante y renovadora, donde se encuentra la verdadera riqueza.

Eventos
Si quieres programar Terra Ignota en tu pueblo o tu ciudad, podemos llevar esta instalación a tu espacio. Contacta y cuéntanos.

24 de octubre. Terra Ignota el Museo Orús (Utebo).
19 de marzo. Entrevista en Comunidad Sonora: Los Discos Desiertos. Geraldine Hill nos guía en un viaje sonoro único para descubrir las canciones que han marcado la vida y el proceso creativo de Blanca de Haes.
23 de enero. Presentación de Terra Ignota en el Digital Imagination Center del ITA (Instituto Tecnológico de Aragón).